Para cuando estés leyendo estas líneas andarás buscando el DNI para dejarlo preparado en la mesa de la cocina y poder ir a cumplir con el deber ciudadano de emitir el sufragio y elegir quien gobernará los destinos de estas tierras por cuatro años más.

Todo eso cargado de muchas dudas y unas pocas certezas. Como yo.

Normalmente los candidatos recalientan retóricamente el escenario de sus contiendas con el fin de diferenciarse y eventualmente ser elegidos entre un grupo heterogéneo de individuos disponibles en el catálogo electoral que, paradójicamente, a pocos metros no tienen diferencias sustanciales.
En la oscuridad todos los gatos son pardos.

Si te gusta el TC sabés que cuando el pelotón despega en la largada, se matan por buscar la punta antes de llegar a la chicana.
Los que llegan primero, por suerte o por astucia, hacen un tapón y los demás solo se pueden consolar con seguir en carrera… que muchas veces no es poco y también hace al espectáculo.

El resultado no siempre es el esperado y algunas veces hasta nos sorprende. Una vez el flaco Traverso ganó con la Renault Fuego en llamas. Eso no quiere decir que sea bueno ganar incendiado, solo recuerdo que no siempre gana el mejor… solo el que llega primero.
En una oportunidad, a Fangio le preguntan cuál era su secreto para ganar y les respondió que: "acelerar donde los otros seguramente iban a frenar". Un conocido corredor de TC tenía una luz de stop falsa que accionaba para así engañar a otros competidores y conseguir unos minutos de ventaja. Como estas hay miles de anécdotas más de picardías en las carreras.

A principios de los 60 iba con mi viejo y sus amigos a ver pasar las cafeteras por la ruta 8 en algún punto a determinar - con el tiempo se me borró, junto a otras cosas - entre Arrecifes y Pergamino. Una curva estratégica que nos permitía ver a los ases del volante de cerca y a una velocidad aminorada.

Las parcialidades caminan abrazados enarbolando los símbolos que los identifican y van hasta los territorios donde se desarrollan batallas ficticias para obtener un resultado cargado de variables aleatorias.

Soy de Ford porque mi viejo lo era, mi mejor amigo es de Chevrolet y en las carreras ponemos las banderas juntas en el alambrado y vemos como las familias comparten el mismo humo del asado y hasta el baño de las casas rodantes.
Claro en el futbol es distinto. No sabría decirte porqué.

Soy de Boca como mi viejo aunque mi abuelo era de independiente. Mis hijos se hicieron de Boca por influencia familiar pero no ejercen… como yo.
Mis sobrinos son de River como el padre y… -ya estoy llegando- Udes son, seguramente, de la orientación política en que fueron criados o influenciados por personas a las que respetan o respetaron.
Es bueno ostentar un linaje.

No está mal levantar banderas con una simbología determinada, lo malo es no poder colgarlas a la par en el alambrado como seres civilizados.

Volviendo a la carrera y ya habiendo dejado en claro que soy de Ford, recuerdo cuando "El Aguilucho" Gálvez se quedó en el camino con la cafetera. Yo vociferaba a orilla de la ruta mientras a mi viejo y sus amigos no se les movía un pelo.

No solo es llegar. El recorrido también vale. Debemos evaluar si el que sube al podio no dejó un tendal de autos rotos y guardarails abollados.
¿Como queremos llegar… como queremos subir al podio... vivados por cuatro saca ruedas o con el público de todas las hinchadas de pie?

Dentro de los espectadores de esa improvisada tribuna estaba el jefe de la estación de trenes, el comisario, el médico, el farmacéutico, el cartero y mi viejo, el jefe del correo.
Acompañados por el fuego, el costillar, la damajuana y la luna que comenzaba a despuntar, veían los autos pasar.
Ahora a la distancia tomo conciencia que más que la carrera en si estaban disfrutando el espectáculo en su conjunto.

La bajada de bandera dará un ganador, uno solo, de esta carrera. El campeonato termina en octubre y es en ese tramo de dos meses que la escudería tendrá que ajustar los motores.
El oído fino de los veteranos corredores dará las pautas para las correcciones… en última instancia… "Solo es una carrera… " como dijo mi viejo, mientras daba vuelta el asado bajo los eucaliptus a la vera de la ruta ocho al mismo tiempo que las cafeteras que pasaban se lo llenaban de tierra.