Con gran entusiasmo del público,
la comunidad taiwanesa celebró el Año Nuevo
Chino en la Plaza San Martín de Escobar con un
espectáculo vibrante, lleno de color, tradición
y la mística de los antiguos símbolos orientales.
Desde la media tarde, los visitantes pudieron
recorrer los stands con gastronomía típica,
llevarse algún recuerdo y disfrutar del gran momento
esperado: la llegada del dragón. Con su danza majestuosa,
el mítico ser recorrió el espacio desplegando
fortuna, prosperidad y energía positiva, como lo
dicta la tradición.
En la cultura china, el dragón
representa la soberanía celestial, la fuerza y
la abundancia. Durante siglos fue símbolo del poder
imperial y, en las festividades del Año Nuevo,
su danza es un ritual que marca el inicio de un nuevo
ciclo con buenos augurios. Este año, sin embargo,
comparte protagonismo con otro animal emblemático:
la Serpiente de Madera, regente del 2025 en el horóscopo
chino.
La Serpiente es vista en Oriente como
un ser de sabiduría y transformación. Su
llegada invita a la reflexión, al crecimiento personal
y a la construcción de bases sólidas para
el futuro. Un mensaje interesante para estos tiempos,
donde la adaptación y la planificación parecen
ser claves.
El evento, organizado por la comunidad
taiwanesa con la colaboración del municipio, fue
disfrutado por un público diverso. En el palco
oficial, el Secretario de Gobierno, Pablo Ramos, fue testigo
del despliegue del dragón, quien danzó frente
a él con todo su esplendor. ¿Un gesto de
buenos deseos o una sutil ironía del destino en
un año que, para algunos, también será
de desafíos y cambios?
Sea como sea, el espectáculo dejó
su magia en el aire, y la comunidad celebró una
vez más el puente cultural que une Oriente y Occidente
en cada nuevo comienzo.
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