| Tras semanas donde el debate público
pareció moverse entre lo bizarro y lo cómico,
y con las tasas de vacunación en descenso, las autoridades
sanitarias nacionales reaccionaron y avanzaron con un posicionamiento
federal contundente. Con la jeringa en la mano -y algo de
paciencia-, intentan recalibrar la conversación hacia
lo que importa: la salud pública.
El Ministerio de Salud de la Nación,
junto a las carteras sanitarias de 22 provincias, difundieron
un comunicado conjunto en defensa del Calendario Nacional
de Vacunación. El mensaje apunta a contrarrestar
la proliferación de discursos negacionistas y a
recordar que las vacunas siguen siendo una de las políticas
sanitarias más efectivas de la historia moderna.
El documento, firmado por los ministros
de todas las jurisdicciones excepto Buenos Aires y Formosa,
subraya que las vacunas del calendario tienen décadas
de uso seguro, están respaldadas por evidencia
científica robusta y han demostrado su capacidad
para prevenir enfermedades graves. La Provincia de Buenos
Aires, por su parte, deslizó que se hubiera sumado
"de haber sido convocada".
El texto enfatiza, además, que
cada vacuna incorporada atravesó evaluaciones estrictas
para garantizar calidad, seguridad y efectividad, controles
que continúan de manera permanente. También
recuerda que la vacunación es una responsabilidad
compartida: Nación adquiere y distribuye; provincias
y municipios aplican. Proteger a los niños, remarcan,
es la prioridad.
La declaración fue replicada por
funcionarios nacionales y provinciales en la red X, como
parte de una estrategia coordinada para frenar la desinformación
y sostener la vacunación gratuita y obligatoria
en todo el país.
Cierre: la vacunación
como responsabilidad social
Las vacunas no son un gesto individual,
sino un pacto colectivo que cada generación renueva
para proteger a la siguiente. Cuando la desinformación
avanza, la salud retrocede. Defender el calendario no
es debatir ideologías: es garantizar que la sociedad
no retroceda a épocas donde una infección
prevenible podía cambiar la historia de una familia.
En tiempos de ruido, sostener la evidencia es, también,
un acto de cuidado.
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