El 2024 será recordado como un año
crítico para la paz mundial. Según el Instituto
por la Economía y la Paz (IEP), se registraron 56
guerras activas que involucraron a 92 países, marcando
el mayor deterioro global desde la Segunda Guerra Mundial.
La militarización, junto con la creciente competencia
geopolítica, han impulsado este panorama alarmante.
Conflictos como los de Israel y Gaza,
Ucrania, Yemen, y Sudán han acentuado la crisis,
mientras que América Latina también sufrió
retrocesos significativos en países como Ecuador,
Gabón y Haití. Paralelamente, se ha intensificado
la internacionalización de los conflictos, dificultando
la resolución y prolongando el sufrimiento humano.
El costo de esta violencia no solo se
mide en las 162,000 muertes registradas en 2023, sino
también en el impacto económico: un 13.5%
del PIB mundial fue destinado a gastos relacionados con
la violencia, afectando especialmente a los países
más vulnerables.
"La historia nos enseña que
los períodos de mayor oscuridad suelen preceder
a los cambios más significativos. Ante el deterioro
de la paz, la humanidad enfrenta un desafío: elegir
entre repetir los errores del pasado o buscar un camino
hacia un futuro más justo y solidario. Este es
el llamado de nuestra época."
|