Este miércoles 23, el Honorable
Concejo Deliberante de Escobar fue escenario de dos sesiones
consecutivas que evidenciaron, más allá del
orden del día, que la campaña electoral ya
se coló sin pedir permiso.
La Tercera Sesión Especial y la Cuarta Sesión
Ordinaria del período 2025 se desarrollaron entre
balances económicos, reclamos recurrentes, y un ambiente
enrarecido donde la política y el espectáculo
se entrecruzaron con naturalidad.
Rendición de cuentas
con clima de campaña
La jornada comenzó a las 12:24
con 23 concejales presentes. En la sesión especial
se trató la Rendición de Cuentas del ejercicio
2024, con la presencia del equipo técnico de la
Contaduría municipal. Si bien los números
oficiales reflejan un resultado financiero positivo de
$18.661 millones y un incremento sostenido del Coeficiente
Único de Distribución (CUD), los debates
no tardaron en calentarse.
La oposición apuntó a los
"gastos excesivos" en propaganda y espectáculos.
La concejal Sandra De Boeuf (LLA) calificó al accionar
del Ejecutivo como "pan y circo", en referencia
a los millonarios gastos en pantallas publicitarias desplegadas
en CABA y puntos turísticos. Desde el oficialismo
se respondió con un listado de logros en áreas
como seguridad, salud y educación, aunque sin disipar
del todo las críticas.
Otro punto recurrente fue el eterno reclamo
por el acceso al sistema RAFAM, la herramienta de gestión
financiera que, según los concejales de la oposición,
continúa vedada año tras año. A esta
altura, una discusión casi litúrgica que
nunca se resuelve pero siempre se repite.
El presidente del bloque oficialista,
Javier Rehl, no se privó de dejar su marca: "Entró
la campaña al recinto
bienvenida". Y
en un tono más emocional -o electoral- agregó:
"Nos duele mucho que digan 'pan y circo'. Pobre el
distrito si se cambia de signo en 2027".
Cuando la sesión
ordinaria se volvió extraordinaria
Luego de un breve receso, comenzó
la Cuarta Sesión Ordinaria con un edil menos y
el aire más denso. Ingresó "sobre tablas"
un proyecto sobre regulación de fachadas históricas
que generó desconcierto por su falta de lectura
previa. Lo que debería haber sido un debate técnico
se transformó en un cruce de declaraciones políticas
que obligó incluso a la concejal Froy a retirarse
del recinto, no sin antes dejar cuestionamientos para
propios y ajenos.
A pesar del ruido, se aprobaron siete
proyectos con despacho de comisión. Se destacaron
las iniciativas de innovación tecnológica
como la implementación de un sistema de identidad
digital con autenticación biométrica, la
creación de un ecosistema de integrabilidad municipal,
y la aprobación de entornos regulatorios controlados.
También se dio luz verde a programas de salud mental
barrial, una escuela municipal de conductores y la protección
patrimonial de fachadas históricas.
Un cierre que intenta
cuidar las formas
El tono institucional logró imponerse
hacia el final, aunque más por protocolo que por
convicción. Concejales de todos los bloques hicieron
esfuerzos -algunos más que otros- por mantener
la compostura, conscientes que, al menos por fuera, las
formas todavía importan.
Porque en tiempos donde la campaña
se disfraza de sesión, y los debates se mezclan
con pancartas virtuales, el desafío sigue siendo
el mismo: gobernar con los pies en el suelo
y no
con un ojo en las encuestas.
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