En el Honorable Concejo Deliberante de
Escobar, se llevó a cabo la Asamblea de Concejales
y Mayores Contribuyentes, en la que se aprobaron las Ordenanzas
Fiscal y Tributaria correspondientes al ejercicio 2025.
La sesión contó con la presencia de 19 mayores
contribuyentes y 23 concejales.
Entre los aspectos destacados de las nuevas
normativas, se encuentra la eliminación de 50 tasas
que estaban en desuso, y el incremento de la inversión
en áreas clave como seguridad, salud y educación
dentro del municipio.
A su vez, en una Sesión Extraordinaria
se aprobó el presupuesto de 2025, que superará
los $216 mil millones, con un aumento del 140% respecto
del que se aprobó para el año en curso.
Cabe resaltar que dicho incremento supera ampliamente
las alícuotas de las tasas, derechos y contribuciones
de municipales.
En cuanto a las tasas, la Tasa por Servicios
Generales experimentará un incremento del 15% en
enero y un 5% adicional en marzo. Además, se creará
una nueva Tasa por Servicios de Seguridad, que impactará
en un 2% sobre la Tasa por Servicios Generales y un 4%
sobre la Tasa por Inspección de Seguridad e Higiene.
La ley fiscal y tributaria fue aprobada
por mayoría, con 37 votos afirmativos, 3 negativos
y una abstención. El oficialismo, con una sólida
mayoría, logró aprobar los artículos
sin mayores inconvenientes, incluyendo la controversial
"Tasa vial", que no recibió más
que algunas voces disidentes en el recinto.
Entre lo legal y lo inapropiado
La Asamblea dejó clara la diferencia
entre lo que se aprueba como norma regulatoria y lo que,
en realidad, podría considerarse justo o razonable.
Con solo unos pocos votos disonantes en el recinto, las
voces críticas fueron rápidamente silenciadas
por la contundente mayoría oficialista, que contó
con el respaldo de gran parte de la oposición.
Esta aprobación, que ha sido modificada solo en
aspectos menores desde 2022, parece seguir una ruta más
centrada en las finanzas municipales que en el bienestar
de los ciudadanos.
La cuestión no radica únicamente en si la
ordenanza es legal, sino en si realmente responde a las
necesidades de la comunidad o si, por el contrario, se
ajusta más a una lógica fiscal que prioriza
las arcas del municipio sobre las demandas de los vecinos.
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