La
parcialidad política que sigue la figura de Juan
Domingo Perón, en la suma de todos sus espacios,
celebra el 17 de noviembre el "día de la
militancia peronista ".
Es
en conmemoración por el regreso de Juan Domingo
Perón al país, en 1972, luego de casi 18
años de exilio y con una dictadura en proceso de
retirada.
El
anuncio de su vuelta fue el 7 de noviembre cuando, Perón
decía en una solicitada: "A pesar de mis años
(77), un mandato interior de mi conciencia me impulsa
a tomar la decisión de volver, con la mejor buena
voluntad, sin rencores que en mi no han sido habituales
y con la firme decisión de servir, si ello es posible".
El
15 de noviembre, desde Roma, el General, preocupado por
sus seguidores, enviaba un mensaje dirigido a todo el
pueblo peronista:"Como en los viejos tiempos, quiero
pedir a todos los compañeros de antes y de ahora,
que dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política,
nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad.
Mi misión es de paz y no de guerra". Pero
no fue así.
Dos
días después, los militares acordonaron
Ezeiza con el fin que los simpatizantes no llegaran al
aeropuerto, sin embargo a pesar de eso, miles de personas
se lanzaron a las calles bajo una persistente llovizna
para darle la bienvenida a su líder. El avión
de Alitalia aterrizó casi al mediodía y
todo lo demás es historia.
"Me
costó años de aprendizaje, mitines,
manifestaciones, charla con amigos, asados, cafés
y hasta viajes en colectivos de militantes para despojarme
de muchos perjuicios y raspar siquiera la corteza
exterior para comprender ese sentimiento místico,
irracional y hasta diría mágico que
arrastra a multitudes en un mismo sentido."
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Del
alambrado para afuera, cualquiera puede ilustrarse sobre
el tema con el solo hecho de leer. Pero la militancia
es otra cosa, es del alambrado para adentro y se mueve
con pura emotividad que en muchos casos seria imposible
de transcribir.
Me
costó años de aprendizaje, mitines, manifestaciones,
charla con amigos, asados, cafés y hasta viajes
en colectivos de militantes para despojarme de muchos
perjuicios y raspar siquiera la corteza exterior para
comprender ese sentimiento místico, irracional
y hasta diría mágico que arrastra a multitudes
en un mismo sentido.
Guardo
particular cariño y reconocimiento a figuras que
hicieron de la militancia una forma de vida. Me refiero
a Alejandro Burgueño, Mipo Leone, Los Parsons,
El Negro Cantero (padre), Jorge Biaggioni, Daniel Lagarone,
Jesús Angioi y Sandro Guzmán, entre otros,
que supieron compartir los secretos que nos ayudan a crecer.
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