Los
expertos están en gran parte de acuerdo en que
los gobernantes del Kremlin derivan sus acciones políticas
de un mundo de pensamiento mundo interior ideológicamente
solidificado. Sus elementos centrales son una alternativa
intelectual y cultural a Occidente y el establecimiento
de un reino neoimperial. Un elemento importante, pero
a menudo poco profundizado, y a veces incomprendido, de
este mundo interior son las referencias al cristianismo
y al papel de la Iglesia Ortodoxa Rusa. ¿Cómo
se deben clasificar estas referencias y qué función
tienen para justificar la agresión militar contra
Ucrania?
Guerra por la Santa Rusia
Estas
referencias de justificación religiosa se alimentan
de la idea de una unidad espiritual de la (gran) región
rusa. El punto de referencia histórico es siempre
la alusión a la alianza medieval de principados
eslavos, la "Rus de Kiev". En la historiografía
rusa no solo se la describe como precursora directa de
la Rusia actual, sino también como el lugar de
origen de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Su líder actual,
Cirilo I, cuyo título completo es "patriarca
de Moscú y toda Rusia", proclama hasta el
día de hoy a Rusia, Bielorrusia y Ucrania como
"Santa Rusia" y, por lo tanto, como una entidad
espiritual.
Putin
retomó esta visión del mundo literalmente
en su discurso a la nación del 21 de febrero, declarando
a Ucrania parte integral del espacio histórico,
cultural y espiritual de Rusia. Ya en 2014 describió
a Crimea como "sagrada para nosotros como el Monte
del Templo en Jerusalén lo es para judíos
y musulmanes".
Moscú como la "tercera
Roma"
A
esta idea suele asociarse la figura de Moscú como
la "tercera Roma", después de la segunda
Roma, Constantinopla. Esta idea, acuñada en el
siglo XVI, representó originalmente un intento
de revalorizar el nuevo Imperio ruso en términos
de historia de la salvación y recién fue
reinterpretada de manera imperialista en el siglo XIX.
Hasta
el día de hoy se discute el efecto de esta narrativa
dentro de Rusia. Moscú como la "tercera Roma"
no fue utilizada directamente por la propaganda del aparato
estatal ruso en el conflicto actual y tampoco está
muy extendida entre la población rusa.
Sin
embargo, los motivos de la idea reinterpretada de la "tercera
Roma" se utilizan repetidamente en los contextos
de justificación del liderazgo ruso para apuntalar
religiosamente los reclamos seculares de poder. Sobre
todo, la equiparación territorial de Moscú
y la "Santa Rus" y la revalorización
asociada del Imperio ruso justifican a los ojos de Putin
el reclamo de Estados vecinos independientes y sirven
a su propaganda como una demarcación de los enemigos
externos del cristianismo ortodoxo ruso.
Guerra para proteger a los cristianos
ortodoxos rusos perseguidos
El
motivo de lucha contra una supuesta persecución
y opresión de los cristianos ortodoxos rusos por
parte de poderes inspirados o controlados por el Occidente
secular es el segundo elemento de justificación
religiosa en la propaganda rusa de la guerra de Ucrania.
En
el pasado, los despliegues militares rusos en Siria y
otros países, pero sobre todo el reconocimiento
de las "repúblicas populares" de Donetsk
y Lugansk, se justificaron con la opresión y persecución
de los cristianos. También en relación con
el ataque a Ucrania, Cirilo I habla de "fuerzas externas
oscuras y hostiles" y "fuerzas del mal"
que cuestionan la unidad de los creyentes. Putin afirma
que en Kiev se estarían preparando "actos
de violencia contra la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del
Patriarcado de Moscú".
Guerra por la unidad de la Iglesia
Con
esto, Putin utiliza un tercer patrón de justificación
con referencias religiosas. En 2019, se fundó la
Iglesia Ortodoxa de Ucrania (OKU) como competidora de
la hasta ahora dominante Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UOK),
que pertenece al Patriarcado de Moscú.
La
fundación de la OKU, las polémicas asociadas
a la "caída de la tercera Roma" y un
privilegio legal frente a la UOK planeado por el gobierno
de Poroshenko (2014-2019) dieron lugar a la narrativa
rusa de un ataque a la Iglesia Ortodoxa Rusa. Dado que
el Patriarcado de Constantinopla otorgó la autocefalía
(independencia) a la OKU, la Iglesia Ortodoxa Rusa rompió
relaciones con el Patriarcado de Constantinopla. Desde
entonces hay una ruptura en la ortodoxia general.
El
gobierno ucraniano ha sido retratado por los líderes
rusos como cismático y enemigo de la verdadera
fe. Lo poco que esto tiene que ver con la realidad de
Ucrania lo demuestra el hecho de que ambas iglesias, OKU
y UOK, se posicionaron en contra de la invasión
rusa y la UOK incluso llamó a Cirilo I a influir
sobre Putin "para que se detenga el derramamiento
fratricida de sangre en suelo ucraniano".
Llamamiento
de la religión al servicio militar
El
filósofo y teólogo judío británico
Jonathan Sacks escribe en su libro No en el nombre de
Dios que las guerras son casi siempre por el poder, la
tierra y la fama, es decir, por cosas mundanas o profanas.
Pero como nada une más a las personas que la fe,
la religión a menudo es "reclutada para el
servicio militar".
La
guerra de agresión rusa contra Ucrania no es una
excepción. Es esencialmente irrelevante si Putin
realmente cree que la invasión de Ucrania es sagrada.
Es crucial que vea en el mito de la sagrada Gran Rusia,
en la lucha contra una supuesta persecución de
los hermanos en la fe y en la supuesta preocupación
por la unidad de la Iglesia, argumentos de peso para la
legitimidad de su guerra de agresión y los utilice
como tal.
La
comunidad occidental de Estados no solo debería
tomar nota de esto con interés, sino también
trabajar en contranarrativas y correcciones teológicas
e históricas.
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