A medida que transitamos por la bulliciosa
Plaza de Escobar o disfrutamos de la fortuna de contar
con un jardín en nuestras moradas, es inevitable
notar un espectáculo que ha capturado nuestros
sentidos en las últimas semanas: la proliferación
de mariposas. Estos delicados insectos, una vez expulsados
por las grandes urbes hacia los rincones más remotos
de la periferia, ahora nos regalan su presencia con un
resurgir inesperado.
Incluso en la congestionada Panamericana, abarrotada como
de costumbre los domingos, hemos sido testigos del revolotear
de estas criaturas anaranjadas, que chocan contra ventanas
y parabrisas mientras emprenden su viaje hacia el norte,
siguiendo la línea costera del Río de la
Plata y atravesando los municipios de Vicente López,
San Isidro, San Fernando, Tigre y Escobar entre otros.
Este fenómeno, aunque recurrente a lo largo de
los años, ha adquirido una notoriedad sin precedentes
en el presente año 2024, llevando a muchos a hablar
de una "invasión". Sin embargo, según
aclara Ezequiel Núñez Bustos, lepidopterólogo
y destacado técnico del CONICET en el Museo de
Ciencias Naturales de Parque Centenario, tal afirmación
carece de fundamento, pues no se trata de una plaga.
De acuerdo con las precisiones del científico,
estas mariposas migran cada año hacia el norte
en busca de humedad y vegetación, recursos escasos
en el centro del país durante los meses de otoño
e invierno, lo que asegura su mejor supervivencia. Sin
embargo, debido a la sequía de los últimos
años, su presencia no había sido tan abundante,
ya que sin la humedad y la lluvia, su reproducción
se veía obstaculizada.
Por otro lado, la abundante precipitación registrada
en el mes de marzo ha propiciado una reproducción
masiva, generando la sobrepoblación actual de mariposas.
Contrario a la creencia popular de que estas criaturas
tienen una vida efímera de un solo día,
algunas especies pueden vivir entre 10 días y tres
semanas, excluyendo a las monarcas, que pueden llegar
a vivir hasta seis meses en su etapa adulta.
Las mariposas protagonistas de esta migración son
las junonia genoveva, conocidas popularmente como las
"cuatro-ojos" debido a las marcas distintivas
en sus alas. Aunque es poco probable que la misma mariposa
que parte desde el norte de la Patagonia o del sur de
la provincia de Buenos Aires llegue hasta las provincias
del norte del país, lo que sí ocurre es
que, durante el trayecto migratorio, se aparean, dando
origen a nuevas generaciones que continúan el viaje,
alimentándose y reproduciéndose a su paso.
Este fenómeno migratorio se ha manifestado en dos
oleadas hasta el momento, comenzando en los primeros días
de marzo. La Municipalidad de Escobar ha destacado que
se han avistado mariposas gracias al fomento de la plantación
de especies nativas que resultan ser atractivas para las
mariposas.
En este contexto, los científicos han instado a
los vecinos a "protegerlas", es decir, a no
interferir con su vuelo y permitirles seguir su curso
libremente, contribuyendo así a la biodiversidad
y a un planeta más saludable.
Se espera que esta segunda oleada, que llegó con
la segunda quincena del mes, se extienda solo por unos
pocos días, aunque muchos de los ejemplares que
hemos avistado en la Ciudad y el Conurbano ya deberían
encontrarse en su destino final.
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