Mientras
corregía pruebas de galera en un viejo sótano,
junto a un veterano periodista de Buenos Aires, aprovechaba,
lo más que podía la oportunidad para aprender
los trucos de supervivencia en el medio sin tener que
sufrir la dura realidad de golpearme contra la pared.
Muchas
veces sobredimensionamos la pulcritud de la información.
No todos son perritos falderos, tampoco tira bombas y
menos que menos adalides de la objetividad e independencia.
Solo
contamos historias, cargadas con nuestra particularidad
para transmitirlas, con la objetividad que puede darle
un sujeto y la independencia de una persona que depende
de un sinnúmero de variables desde que se levanta
hasta que se acuesta.
Solo
contamos historias.
Dejamos
de vivir y sentir solos, el día que salimos de
las cavernas y aprendimos a expresar nuestras ideas, para
sumarlas a las de los demás y así crear
historias gigantescas que dieron origen a todo lo que
vemos.
Y para eso se necesitó un contador de historias.
Somos contadores de historias... cosas que de otra
manera quedan flotando de casa en casa y se van desacelerando
de a poco hasta desaparecer.
Cada
contador de historias tiene su impronta. Se puede elegir
el que mas nos agrada, el que piensa como nosotros o lo
recomendable, tratar de ser lo mas amplio posible así
podremos enriquecernos sacando un poco de cada uno.
Desde
que la cosa pasa hasta que es interpretada por un lector
transcurre tiempo y manipulaciones que no podemos saltear.
Desde que se escoge aquello que es noticia hasta que la
noticia sale publicada o emitida, suceden una larga serie
de intervenciones intencionales, rutinas (muchas veces
inconfesables), azares, limitaciones, intereses y a veces
hasta fobias, que convierten la realidad en una masa asimétrica,
a menudo distorsionada y siempre incompleta.
Entonces
la noticia termina siendo la versión aminorada
o exagerada de un acontecimiento, pero difícilmente
termine siendo un reflejo exacto puesto que en su manipulación,
conciente o inconciente terminamos por alterarla.
Entiendan que... hacemos lo que podemos... solo contamos
historias, que a veces coinciden con lo que ustedes quieren
escuchar y entonces nos llevamos bien, otras veces no...
pero lo importante es que no sobredimensionemos la pulcritud
de la información.
Solo
terminan siendo historias que contamos según nuestro
propio ángulo de visión.
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